CENTRO CULTURAL AOMA AMUTMIN: CUNA DE ENSEÑANZA

Una clave de sol en el pizarrón; manos llenas de masa; un trapo con pintura; una carcajada aguda e inocente que rebota en las paredes; son los pequeños instantes que forman el todo en el Centro Cultural AOMA AMUTMIN.


El Centro Cultural (del latín centrum/centro y cultus/cultural), es el lugar donde, según el filósofo romano Cicerón, se cultiva e ilumina el intelecto para combatir la ignorancia. Y así lo identifica también Rolando Barrías, profesor de guitarra, quien entiende que el Centro Cultural AOMA AMUTMIN funciona como lugar de contención y siembra para todas las personas que acuden a los talleres.


Rolo, como lo llaman todos, fue el primer profesor en dictar clases de guitarra para AOMA AMUTMIN, allá por el 2018, cuando llegó desde Río Gallegos con la incertidumbre de enseñar música, y que empezó dentro del quincho (hoy laboratorio) que se encontraba detrás del edificio del sindicato.


Habría pasado un mes cuando Andrés Sarmiento, profesor de teclado, desembarcó en el quincho de AOMA SANTA CRUZ para planificar con Rolo la mecánica de trabajo y el proyecto de crecimiento. “Sentí una química al instante con Rolo, tanto musical como laboral”, comentó Andrés. Ahí concordaron que para el crecimiento de los talleres debían trabajar en la difusión, por lo que tomaron el trabajo de ir aula por aula por todas las escuelas; las emisoras de radio; canal de televisión y mostrar los diferentes talleres. Fue un éxito.


Rápidamente, al ver la crecida de demanda sobre las actividades, comenzaron a sumarse diferentes talleres, gastronómicos y deportivos, que obligaron a mudar la sede de las clases por los espacios requeridos. En primera medida, comenzaron a centralizarse las actividades en el edificio ubicado en «la bajada de Colón», donde hoy funcionan los entrenamientos deportivos, pero el espacio seguía quedando chico y con el alquiler de otro lugar los costos se hacían cada vez más grandes. La idea de construir un centro cultural propio comenzaba a cocinarse.


“Cuando se empezó a hablar del proyecto, los talleristas participamos junto con la arquitecta para acomodar las aulas según las necesidades de los talleres. Se construyó a las necesidades que pedimos los profesores”, destacó Andrés. Y a su vez, Rolo agregó: “Me entusiasme cuando desde la directiva de AOMA AMUTMIN vieron viable la propuesta y el proyecto iba a construirse”.

“El Centro Cultural representa un espacio de contención. También representa sembrar, es el fruto del trabajo, de constancia, de apostar con visión»

Y así fue como un 20 de noviembre de 2021, en Raúl Alfonsín y Zacarías Rosich, se abrieron por primera vez las puertas del Centro Cultural AOMA AMUTMIN.


El edificio, tal como lo marca Andrés Sarmiento, cuenta con todas las comodidades para el funcionamiento de los talleres y además tiene características que no se replican en ningún otro establecimiento dentro del interior de la provincia.


“El Centro Cultural representa un espacio de contención. También representa sembrar, es el fruto del trabajo, de constancia, de apostar con visión. Del trabajo de todos los que estamos acá, con el acompañamiento de Javier Castro y todo el sindicato y la mutual”, señaló Rolo tras hacer el recorrido sobre el crecimiento del espacio cultural.


“Con rolo sabíamos desde el principio que tenía que terminar así”, dijo Andrés con una sonrisa en el rostro, en referencia al espacio construido, no solo vinculado estrictamente por la estructura edilicia, sino también por lo que simboliza tener un centro que atraviese lo social; cultural; educativo; deportivo; recreativo y demás, que involucre a tantos niños;niñas; adolescentes y adultos, que integran la gran familia del Centro Cultural AOMA AMUTMIN.


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